Esta noche me tomo una copa y me voy a casa, estoy hecha polvo, además mañana tengo una reunión, no me puedo liar ni de coña…
Y así con esa frase llena de buenas intenciones, se confabulan los planetas y la noche que debiera ser tranquila y de fin tempranero, se convierte en noche peligrosísima, pedo monumental y reunión de empalmada con la cabeza cual bombo y otras frases que no fallan en días de resaca:
Nunca más vuelvo a salir un jueves, nunca más vuelvo a beber así y un sinfín de promesas bastante absurdas.
Allí estaba en el Hombre Moderno en mi noche tranquila de jueves, pensando en la reunión complicada que tenía al día siguiente. Jesús, Diana y Luigi estaban bailando y yo bastante mohína, muy de tranqui hice un par de amagos y me quedé sentada contemplando el espectáculo maravilloso de bailes tribales. Diana es una bomba, a base de vasitos de agua nos dobla en energía a todos.
A las doce Diana y Jesús se convierten en calabaza y se retiran, yo decidí quedarme media horita más para hablar con Sánchez del corto.
La barra de abajo está vacía, me meto dentro y me pongo una copa. En la cueva empieza a llegar gente, hablo un rato con un dj mexicano y me vuelvo a la barra. Decido que o me muevo o caduco, me apetece barrear un rato.
Luigi y yo decidimos poner post-it en el baño nuevo. Un rato después, el baño está lleno de post-its.
La barra empieza a poblarse de jueverinos, hace mucho que no ponía copas, me gusta…necesito contrarrestar los efectos devastadores de mi maravilloso trabajo muy.muy.muy serio, no se me ocurre antídoto mejor y me pongo de bargirl.
Entre tanto se me acerca gatito, el mexicano, con su fiesta de dj’s, se cuela en la barra y se me escapan unos cuantos besos, bastantes.
La noche es más densa, Víctor está muy guapo, gatito se va al 7 a repartir pases, quedamos en la gran fiesta felina del próximo 16 de octubre con brasileños electrónicos.
Proposición de Room y yo sin voluntad, cerramos garito y nos vamos.
Al maromo de la puerta no le gusta la voz de Luigi…y es que Lui tiene mil cosas buenas, pero su voz es parecida a la del monstruo de las galletas, con copas se vuelve totalmente ininteligible…no le dejan entrar y se larga a la sala Sol, que conocen su voz y les encanta.
Room está como siempre, increíble, se me pasa por la cabeza la reunión que tengo en pocas horas, pero decido que el ron con coca cola está muy rico y que no me merezco tener esos pensamientos tan chungos con el musicón que se están pinchando.
Cerramos Room.
Saliendo tengo llamadas del gatito que me espera en Alonso, decido compartir mi gatera de los campos de amor al son de rancheras.
Amanece. Después de la pelea, me meto en la ducha, Gato se queda en la cama, prometo volver pronto. Coger el coche se torna infierno, la reunión resulta ser larga, tanto que creo que voy a desintegrarme.
Vuelvo a casa y me tiro en la cama que está llena de ronroneo y chilaquiles, brindamos con micheladas y abrazos.
Sábado con dolor en todas partes, recojo a Marcelo y Federico y me voy a buscar a Oli a Rivas.
Tarde de sofá y confesiones como las de siempre.
Quedamos con Martini y nos vamos al Hache a tomar salmorejo, cous-cous y me permito tomarme un tinto de verano aferrándome a lo poco que queda de verano.
Fá nos está esperando en el Hombre.
Una vez más la frase…esta noche una copa y a casa, ya me lié el jueves, hoy de tranqui…una vez más la parafernalia y el Hombre hasta las patas.
Oli se engancha a un sombrero Peruano, tras varios espectáculos maravillosos de desinhibición alcohólica, desaparece en las profundidades de la cueva malasañera.
Marta y Fá están lindísimas, me tomo mis copas y las de Oli.
En un momento de cobertura, recibo llamadas de Gatito que está por Huertas y viene al rescate.
Cerramos el Hombre una vez más en esta semana y volamos a Campoamor, los gatos, los peruanos y las ripenses desinhibidas.
Domingo de sillón y música electrónica, de paseos por myspace y pan con tomate. Gatera de conexiones y cosquillas con el gatito que viene de lejos.
Y así, todo el fin de semana…más allá de Tijuana.
Y así con esa frase llena de buenas intenciones, se confabulan los planetas y la noche que debiera ser tranquila y de fin tempranero, se convierte en noche peligrosísima, pedo monumental y reunión de empalmada con la cabeza cual bombo y otras frases que no fallan en días de resaca:
Nunca más vuelvo a salir un jueves, nunca más vuelvo a beber así y un sinfín de promesas bastante absurdas.
Allí estaba en el Hombre Moderno en mi noche tranquila de jueves, pensando en la reunión complicada que tenía al día siguiente. Jesús, Diana y Luigi estaban bailando y yo bastante mohína, muy de tranqui hice un par de amagos y me quedé sentada contemplando el espectáculo maravilloso de bailes tribales. Diana es una bomba, a base de vasitos de agua nos dobla en energía a todos.
A las doce Diana y Jesús se convierten en calabaza y se retiran, yo decidí quedarme media horita más para hablar con Sánchez del corto.
La barra de abajo está vacía, me meto dentro y me pongo una copa. En la cueva empieza a llegar gente, hablo un rato con un dj mexicano y me vuelvo a la barra. Decido que o me muevo o caduco, me apetece barrear un rato.
Luigi y yo decidimos poner post-it en el baño nuevo. Un rato después, el baño está lleno de post-its.
La barra empieza a poblarse de jueverinos, hace mucho que no ponía copas, me gusta…necesito contrarrestar los efectos devastadores de mi maravilloso trabajo muy.muy.muy serio, no se me ocurre antídoto mejor y me pongo de bargirl.
Entre tanto se me acerca gatito, el mexicano, con su fiesta de dj’s, se cuela en la barra y se me escapan unos cuantos besos, bastantes.
La noche es más densa, Víctor está muy guapo, gatito se va al 7 a repartir pases, quedamos en la gran fiesta felina del próximo 16 de octubre con brasileños electrónicos.
Proposición de Room y yo sin voluntad, cerramos garito y nos vamos.
Al maromo de la puerta no le gusta la voz de Luigi…y es que Lui tiene mil cosas buenas, pero su voz es parecida a la del monstruo de las galletas, con copas se vuelve totalmente ininteligible…no le dejan entrar y se larga a la sala Sol, que conocen su voz y les encanta.
Room está como siempre, increíble, se me pasa por la cabeza la reunión que tengo en pocas horas, pero decido que el ron con coca cola está muy rico y que no me merezco tener esos pensamientos tan chungos con el musicón que se están pinchando.
Cerramos Room.
Saliendo tengo llamadas del gatito que me espera en Alonso, decido compartir mi gatera de los campos de amor al son de rancheras.
Amanece. Después de la pelea, me meto en la ducha, Gato se queda en la cama, prometo volver pronto. Coger el coche se torna infierno, la reunión resulta ser larga, tanto que creo que voy a desintegrarme.
Vuelvo a casa y me tiro en la cama que está llena de ronroneo y chilaquiles, brindamos con micheladas y abrazos.
Sábado con dolor en todas partes, recojo a Marcelo y Federico y me voy a buscar a Oli a Rivas.
Tarde de sofá y confesiones como las de siempre.
Quedamos con Martini y nos vamos al Hache a tomar salmorejo, cous-cous y me permito tomarme un tinto de verano aferrándome a lo poco que queda de verano.
Fá nos está esperando en el Hombre.
Una vez más la frase…esta noche una copa y a casa, ya me lié el jueves, hoy de tranqui…una vez más la parafernalia y el Hombre hasta las patas.
Oli se engancha a un sombrero Peruano, tras varios espectáculos maravillosos de desinhibición alcohólica, desaparece en las profundidades de la cueva malasañera.
Marta y Fá están lindísimas, me tomo mis copas y las de Oli.
En un momento de cobertura, recibo llamadas de Gatito que está por Huertas y viene al rescate.
Cerramos el Hombre una vez más en esta semana y volamos a Campoamor, los gatos, los peruanos y las ripenses desinhibidas.
Domingo de sillón y música electrónica, de paseos por myspace y pan con tomate. Gatera de conexiones y cosquillas con el gatito que viene de lejos.
Y así, todo el fin de semana…más allá de Tijuana.
Os dejo con lo que sonará en la fiesta del gato negro http://www.myspace.com/elgatonegroclub el próximo 16 de octubre:
Besosssss.
