lunes, 28 de diciembre de 2009

UN DÍA DESCUBRÍ A PANERO...



Cicatrices y ojos que rieron hasta llorar, que lloraron simplemente y vieron más allá de lo simple
Espaldas llenas de gemidos, de noches que se convierten en días y atardeceres
Manos en las que no caben guantes, bocas en las que no caben más palabras y gargantas desechas
Piernas que se cruzan con pies y en la oscuridad se encuentran sin buscarse
Destinos que se juntan por terceros y cuartos en quintos pisos
Música de soslayo en un rincón lleno de cielos violetas
La pared parece de plata y hay ventanas que son sombras y sombras que no son nada
Restos de poesía se desvanecen con la mañana y la luz dibuja tu cuerpo en silencio
Ombligos desnudos en un despertar conjunto, libros abiertos y humo compartido
Lo débil se hace intenso mientras el verano se convierte en otoño y de repente me sorprendo echándote de menos
Nostalgia de cosas que no son y aún así se extrañan y es extraño por lo poco extraño que es que no sean extrañas

Amigo, te encontré en un atardecer en un césped en el que no te esperaba…

2 comentarios:

Inna dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Me ha gustado :) un beso