ODA A LA IMPERFECCIÓN

Al parecer soy una persona con pocos modales y a veces tengo la espantosa ocurrencia de comer con la boca abierta, así que llego a la conclusión que de nada me sirvió el puto coñazo de curso de protocolo de Nuestra Majestad la Reina Sofía que hice a pesar de casi morir de aburrimiento. También parece que soy un poco hortera, algún capricho del destino me hizo creer que el morado y el azul añil eran colores maravillosos y debían de tomar un gran protagonismo en mi vida, en fin, una desgracia. Me visto como me sale del culo, pensé que eso significaba tener personalidad, pero una vez más “al parecer” estaba equivocada, hay que vestirse bien, eso significa, vestirse no como a uno le apetece si no como le apetece a otros.
Es un hecho que tengo las tetas pequeñas y el culo demasiado grande, soy muy bajita y si, al parecer podría estar más delgada, pero no sé porqué, desde que superé mi anorexia y mi bulimia, decidí no preocuparme mucho por ese tema y de hecho me veo estupenda.
Al parecer debería plantearme seriamente el tema de tener hijos, a no ser que lo haga con un jugador de baloncesto para que no me salgan niños enanos y rarunos.
Soy hipocondriaca y celosa, supongo que fruto de mi descontrolada y a veces maniaca imaginación, y estas son facetas de las que no me siento para nada orgullosa y contra las que lucho con todas mis fuerzas.
Soy dramática, exagerada, gritona, mal hablada, miope y además ronco como un señor con sobrepeso (a veces), soy todas esas cosas y tengo el morro de querer seguir por la vida con una sonrisa es la boca, una auténtica aberración de persona.
Me emborracho con facilidad y cuando lo hago digo muchísimas gilipolleces, con frecuencia incluso lloro; y cuando salgo y no bebo soy un muermo importante, así que se me plantea una compleja encrucijada.
Me gusta leer diariamente el horóscopo del Hola y estoy enganchada a prácticamente todas las redes sociales que existen. Me gustan los karaokes y cantar Camela y las Grecas a pleno pulmón y sí, tengo la desfachatez de decirlo sin que se me mueva una pestaña, con la cabeza bien alta y mis pequeños pechos bien erguidos.
Me aburren soberanamente el 95% de los documentales de la 2 y en la mayoría de las películas medio interesante me quedo frita, aunque siempre tengo la firme intención de verlas hasta el final.
No tengo ni puta idea de donde está ningún río de este planeta y, sinceramente, me la suda a no ser que esté inmersa en él, momento en el cual, probablemente, sepa donde está y me interese por el nombre.
No soy una persona aventurera y no tengo ninguna intención de cruzar el Polo Norte a pie ni hazañas por el estilo, aunque supongo que si tuviera que hacerlo lo haría, porque aventurera no pero cabezona un rato.
No diseño ropa, ni hago fotos, ni pinto, ni destaco en ningún deporte, no conduzco especialmente bien, no se llevar motos de más de 50cc, monto en bicicleta regular y no se nadar a crol.

Yo soy así y por una extraña razón, me encanta ser como soy, aunque eso “al parecer” no sea políticamente correcto, cuestión que, si me disculpan, me importa un auténtico carajo.