Lo malo de pasar tiempo sin escribir en el blog, es que pasan cosas, tantas y tan inconexas que es bastante complicado hacer una historia breve y coherente.
La última vez que estuve por aquí, estábamos llenos de gatos y djs, realidad que no ha cambiado tanto en el último mes. Gatito hizo su fiesta y con ella vinieron días de arrumacos y sillón, de salidas, entradas, un sinfín de momentos, todos ellos buenos.
Esta es una etapa de tranquilidad, de Carpe Diem, de todo vale y marica el último, una racha musical, cinematográfica…una tómbola de luz y de color.
Con los gatos en la gatera, los porteños sintonizados y festejos varios, apareció el caballo ganador, entre tanta carrera, alguien tenía que llevarse la copa, la noche y un par de sueños de la rubia.
Así entre vinos, viniste y te quedas un ratito. No me importaron las cuestas, ni lo mucho que nos equivocamos, no me importó madrugar, no me importó trasnochar y mucho menos me importó verte entre burbujas bajo el cielo de Vitoria. Me embarqué en el extraño viaje abriendo un telón, con tu ser poco claro, pero sin duda fascinante, con palabras conocidas y muchos secretos por conocer...pasan los días y aunque lo intento, aferrarme a las cuestas me resulta costoso, se cierran funciones por donde pasas y mientras tus teatros de vino y cubata se desvanecen, el gatito dulce no deja de estar de alguna forma, lo hace silenciosamente, sutil, elegante y sin pedir nada a cambio.
Con ganas de verte a pesar de todo “oh, si nene” y entender quizá, el porqué de tu exceso y tu falta de confianza, total, ya te dije cuando me bajé de la vaca que eres la apuesta, ahora no entiendo el trauma…ni ganas que tengo.
Los días maravillosos se suceden, ayer tuve un día genial con los jesuses, galis, un cocido exquisito, escondite, gritos de alegría y mucha paz de familia. La tarde noche se tornó extraña, George con ataque de celos e incoherencias varias; ante mi sorpresa, todo este tipo de rarezas han dejado de afectarme.
Estoy en el momento de dejar que pasen las cosas, abrazarlas con normalidad y que vayan, vengan o se queden de forma armónica y casi poética, así pues, se quedarán los que tengan que quedarse y partirán los que deban irse, sin dramas, sin sobresaltos, suave, muy suave.
La última vez que estuve por aquí, estábamos llenos de gatos y djs, realidad que no ha cambiado tanto en el último mes. Gatito hizo su fiesta y con ella vinieron días de arrumacos y sillón, de salidas, entradas, un sinfín de momentos, todos ellos buenos.
Esta es una etapa de tranquilidad, de Carpe Diem, de todo vale y marica el último, una racha musical, cinematográfica…una tómbola de luz y de color.
Con los gatos en la gatera, los porteños sintonizados y festejos varios, apareció el caballo ganador, entre tanta carrera, alguien tenía que llevarse la copa, la noche y un par de sueños de la rubia.
Así entre vinos, viniste y te quedas un ratito. No me importaron las cuestas, ni lo mucho que nos equivocamos, no me importó madrugar, no me importó trasnochar y mucho menos me importó verte entre burbujas bajo el cielo de Vitoria. Me embarqué en el extraño viaje abriendo un telón, con tu ser poco claro, pero sin duda fascinante, con palabras conocidas y muchos secretos por conocer...pasan los días y aunque lo intento, aferrarme a las cuestas me resulta costoso, se cierran funciones por donde pasas y mientras tus teatros de vino y cubata se desvanecen, el gatito dulce no deja de estar de alguna forma, lo hace silenciosamente, sutil, elegante y sin pedir nada a cambio.
Con ganas de verte a pesar de todo “oh, si nene” y entender quizá, el porqué de tu exceso y tu falta de confianza, total, ya te dije cuando me bajé de la vaca que eres la apuesta, ahora no entiendo el trauma…ni ganas que tengo.
Los días maravillosos se suceden, ayer tuve un día genial con los jesuses, galis, un cocido exquisito, escondite, gritos de alegría y mucha paz de familia. La tarde noche se tornó extraña, George con ataque de celos e incoherencias varias; ante mi sorpresa, todo este tipo de rarezas han dejado de afectarme.
Estoy en el momento de dejar que pasen las cosas, abrazarlas con normalidad y que vayan, vengan o se queden de forma armónica y casi poética, así pues, se quedarán los que tengan que quedarse y partirán los que deban irse, sin dramas, sin sobresaltos, suave, muy suave.
Podría haberme cansado de ser sexy con un chico lindo, pero una vez más, el sexapeal se perdió entre bahía y algún rincón de la habana vieja...las cosas pasan por algo, seguro.
Echi ha estrenado su obra de Teatro " Cortar por Fax"...BUENÍSIMA!!!!!!! Podéis ir hasta el 14 de diciembre los sábados y domingos a las 20:30 en el teatro Triángulo en la c/ Zurita nº 20 .
Nos vemos pronto seguro...se acerca mi cumpleaños y tendremos que liarla un poquito...este año se me ha pasado muy rápido...
Un beso desde el suavor que rezuma este lugar del mundo.
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