
Qué estás haciendo ahora, qué hiciste ayer, con quién hablaste, con quién te reiste y hasta con quién follaste. Facebook y otras "redes sociales" nos permiten tener información detallada de los que nos rodean.
Hasta hace poco había que sentarse enfrente de una caña para saber según qué cosas de tus amigos, novios o familiares; ahora sólo hay que iniciar el facebook por la mañana. Echo de menos el bar cutre de la esquina de mi casa y las largas conversaciones de puesta al día con la gente que quiero. Las redes sociales me parecen muy peligrosas. Aparentemente acercan a las personas, pero empiezo a pensar que consiguen todo lo contrario, nos estamos convirtiendo en seres asociales y cotillas. Nunca he sido fan de nada, de repente soy fan de quinientas gilipolleces. Me levanto y un chorreo de información salpica la pantalla de mi portátil. Mi amiga del alma va a tener un hijo, mi novio liga con una tipa en su muro, mi hermana ha terminado los exámenes, mi primo ha perdido su trabajo, hace sol, llueve...ufff.
España se ha convertido en el segundo país europeo en el uso de las redes sociales. Siempre fuimos una pandilla de marujas, me incluyo. Nos encanta criticar al vecino y facebook nos lo deja a huevo. Y así están las cosas, ha salido el sol y huele a hierba mojada. A mi lado una birra fresquita y la mejor compañía. Llamadme antigua, pero hay cosas que, afortunadamente, ni internet, ni ninguna herramienta social virtual pueden igualar.