jueves, 12 de febrero de 2009

ENAMORADA DEL CHINO


Ayer termino de caer rendida de amor por el chino, Litus tiene la culpa (maravillosa culpa). Es difícil no enamorarse del cine que hace Wan Kar-wai, imposible si la persona que te hace redescubrirlo es un apasionado y devoto del mismo. Recuerdo que hace años vi 2046, supongo que no lo hice ni en el momento ni con la persona adecuada, porque creo que me quedé dormida. Litus me lleva a ver My Blueberry Nights y siento el flechazo, con In the Mood for love, Chungking Express y anoche con Happy Together termino de volverme loca de amor y fascinación. El planteamiento estético de Wan-Kar-wai me parece impecable, convirtiendo cada plano en una pequeña obra de arte, una poesía, una melodía maravillosa...
El cine de Kar-wai es un cine de sensaciones, un viaje a la introspección humana y el descubrimiento de la soledad y el vacío del ser. Junto con Christopher Doyle, crea un nuevo concepto visual, donde la luz y el color adquieren una identidad propia y se funden con los personajes creando atmósferas de una intensidad emocional que roza lo claustrofóbico. El amor adopta formas inusuales en las películas de Kar-wai, introduciéndonos en un laberinto sentimental sin salida, lleno de miradas, de encuentros y desencuentros. El amor de Kar-wai se deshace de los clichés tradicionales, se desnuda para convertirse en un estado del ser, un tango mágico en el que sus personajes bailan al son del destino.
Y así, eclipsada por el chino, pienso en el amor, las casualidades y el destino. Pienso en muchos desencuentros, un encuentro y demasiadas casualidades, en una corbata de madera, una canción y en bailar, bailar sin parar.

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