miércoles, 18 de febrero de 2009

EL BONITO LIBRO VACÍO


Como en una canción de Jorge Ben Jor, empiezo a creer que la vida es más bella cuanto más simple y absurda. El contenido del paquete pasa a ser despreciable si se acompaña del envoltorio adecuado. Da igual lo que me digas, da igual lo que me aportes, pero si lo haces, que resulte fácil, melódico y bonito.
Cargados con mochilas llenas de historias complicadas, de encuentros, desencuentros, amores, desamores, algún éxito y muchos fracasos, optamos por elegir realidades que no nos hagan exponernos demasiado. Creamos nuestra particular burbuja de mírame y no me toques, de vente a mi lado lo justo. No es tiempo para riesgos innecesarios, paseamos en una línea de contención y seguridad y no hay espacio para aventurarse en viajes sin destinos aparentes. Nos ponemos la pulsera de crucero con todo incluido y no nos salimos de lo pactado en el folleto.
Y así, endulzamos nuestro miedo intrínseco con los nuevos miedos que vienen. Si ya nos cuesta salir de nuestra propia desidia, más complicado lo tenemos con la dichosa crisis, que además de tenernos acojonados, nos deja poco tiempo para pensar en nuestras miserias más íntimas y "poco trascendentales".
Leo en un trozo del Qué, que en los últimos meses ha bajado el número de separaciones y divorcios en España, ¿el triunfo del amor ante la adversidad? lo dudo muchísimo. Con el paro acechando a la vuelta de la esquina, da mucho miedito pensar en emanciparse del calor del hogar marital, aunque ese calor queme y te haga sarpullido. Con el rabo entre las piernas, nos quedamos donde estamos con la espada entre los dientes, defendiendo lo que es nuestro y afanados en que nada ni nadie nos desplace de nuestra parcela de control.
Mientras todo se desmorona decido enamorarme, soñar y comprar billetes imaginarios a un país tropical donde todos en pelotas somos lo que somos y no lo que parecemos, donde se habla lo justo y se entiende todo, donde hay muchas ideas y muchas ganas de hacerlas realidad y se escucha a Jorge Ben Jor de fondo y sus maravillosas melodías de letras absurdas.

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