sábado, 9 de agosto de 2008

BARNA CON GUSTO NO PICA



Tras varias cervezas y una playa muy bonita que hay en Garraf, entre Barna y Sitches, nos tiramos al Borne con Cherno, Charlie, Uma Thurman, Mary Kate Olsen, Pincho, Popy y Laura. La cena en el vasco, después de un día de ayuno involuntario fue una idea genial...y es que tanta actividad te deja el estómago pequeño y duro como una nuez.

Tras esa cena restructuradora y varias cañas después, fuimos a la plaza real a Malpaso, a tomar unas copas, para hacer tiempo e ir a Sidecar, un garito con buena música y gente catalana. Una vez en el Sidecar, todas nos dispersamos en una noche bastante gratificante. Yo acabé en Diagonal en un duplex alucinante hablando catalán, Uma se perdió con Tiziano entre Italia y Vía Layetana y Lauris en la soledad, se durmió en el sillón del dj de Sidecar, aunque yo no lo supe hasta el día siguiente. Mi dispersión fue consesuada y apoyada por todos los presentes, con una promesa de encuentro al amanecer en la casa de Dani en Gracia...pero la tecnología falló y cuando volví de mi viaje a la cataluña más profunda, me encontré sola en Gracia muy desgraciadamente, anhelando el duplex y la camita fresquita.

Con toda la solana y tras una noche muy insomne y cansada, caminé por Gracia, caminé no se cuanto tiempo hasta que llegué a Plaza de Cataluña. Al ver que la chicas estaban desaparecidas y sin mucha esperanza de que reaparecieran a una hora decente, decidí comprarme un bikini, unas hawaianas y dormir mi cuerpo al sol en la playa de la Barceloneta. Tras la compra del bikini, Uma dió señales de vida un poco extraterrestres. Hawaianas y varios paseos por las tiendas de Tallers después, apareció Uma como una rosa venenosa con ganas de cañas. Con el paso difícil, logré convencerla de un zumo revitalizante en Juici Jones, un garito vegano cojonudo que hay en la calle Cardenal Casañas 7. Medio litro de brevaje compuesto de piña, mango, pera y kiwi hicieron que empezara a convertirme en medio persona. Uma seguía con la idea de cañas, genial si no fuera porque eran las 11 de la mañana. Uma es muy insistente y yo tengo poca voluntad, así que cedí a la caña y nos fuimos a la Plaza de Sant Joseph Oriol a la terracita del bar Pi. Una caña a la fuerza después, Uma decidió que nos íbamos a la Barceloneta a tomar Vermutes. Meterme en el metro no me pareció la mejor idea, pero cualquier cosa era mejor que andar demasiado.

Estábamos en la Barceloneta y, por fin, Laura dió señales de vida. Mientas Laura venía, Uma me llevó al sitio de los Vermutes infernales...

Creo que os conté que teníamos ganas de ir a Mikonos, pues al final, entre vermutes, lo conseguimos.




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