sábado, 26 de julio de 2008

QUANTUM OF SOLACE Y LA ESCENA DEFINITIVA


Viernes. La Huída a los Hamptoms Ripenses


Madrid es un infierno. De buena mañanita George, que está estresado con su corto, la iluminación, el viaje y mil vainas. Solucionamos viaje y algún detalle más, poco importante.
Entre el teléfono y otras historias se me ha hecho tarde, Jesús me llama para ver donde coño me meto, ya está con Ignacio reunido. Me pongo lo primero que pillo y sin ducharme me voy a toda leche a encontrarme con ellos. Menudo desastre.
Madrid está desierto, no queda un alma, no me extraña, se está fatal, realmente mal.
En el Gambrinus están los chicos, también está Gloria, no tengo ni idea de quién es, pero supongo que es el polvo de nuestro colega Ignacio.
No tenemos mucho tiempo, nos vamos a Jordán a perfilar un poco el presupuesto. Ignacio se va en pocas horas, todavía quedan mil cosas por hacer.
Llamo a Oli, quiero huir de aquí, quedamos para comer. Ir a Rivas siempre me da una pereza terrible, hoy todo cambia, recuerdo el capítulo de Sexo en N.Y cuando las chicas huyen de Manhattan, un verano infernal, y se van a pasar un fin de semana a los Hamptoms.
Decido que Rivas va a ser mis Hamptoms particular.
Le propongo a Jesús cambiar de escenario y huir de Madrid a mis Hamptons ripenses. Piscina, jardincito, aire acondicionado y wifi.
Todavía tenemos que escribir el guión, creo que el cambio será inspirador.
Estamos en Rivas, que paz. Ensalada de pasta, unos tintos de verano y varias conversaciones de sobremesa bastante profundas después, nos dejan cao. Nos tumbamos en el sillón, tampoco hay que forzar la máquina. Mentira. No puedo parar de darle vueltas al guión. Me enchufo el portátil y me zampo todos los trailers de James Bond, necesito inspirarme, visualizar nuestra acción principal. Parimos varias ideas y nos vamos acercando a algo posible. Cogemos el coche y vamos en busca de películas de James Bond, está todo cerrado, misión fallida.
De vuelta al paraíso, decidimos ponernos a escribir. Empieza Jesús, pero en seguida se despista y se pone a jugar a los dardos con Oli. Entro en trance y me pongo a escribir.
Varios episodios de dardos y cubatas después, ya es de noche, pero el guión está terminado. Se lo leo a los chicos, nos gusta, salvamos documento y se lo mandamos a Quinqui para que se ponga a bocetar como loco.
Por hoy suficiente. Me acuerdo de mi chico telefónico, pero ya he agotado por hoy mi inspiración literaria, me tomo otro cubata y decido que ya le llamo mañana.
Nos tumbamos en el sillón comatosos, es tarde. Jesús se retira, Oli y yo nos quedamos viendo Aida en Paramount Comedy, me quedo frita.
Camino a la cama, a eso de las dos y media de madrugada nos despejamos y nos quedamos rajando hasta las cinco. Me recuerda a los viejos tiempos, me gusta, lo echaba de menos. Ya no puedo dormirme, de psicópata empiezo a leerme el guión de Mataharis, de Iciar Boyain, al final debí de quedarme dormida, recuerdo un par de sueños geniales. Hoy empieza a ser mañana.

No hay comentarios: