sábado, 26 de julio de 2008

ÉRAMOS POCOS Y PARIMOS AL BRITÁNICO


Miércoles. Reunión y empieza la odisea.

Tenemos que montar en 4 días la última escena de James Bond, ubicación compleja, plató...que realmente no me apetece nada, o plaza de las Ventas, que sí, me encaja, me gusta, nos da más posibilidades.
Hemos salido de la reunión y llega el momento de inventarnos que coño pasa en esa última escena. Jesús es como una olla exprés, ya está organizando nuestro viaje a Alicante para reunirnos con los especialistas de cine, con los directores de arte, todo, hace mucho calor, yo, estoy lenta, espesa.
Nos vamos hacia casa, estoy un poco volada, tenemos que armar la de Dios, mañana empieza el puente de Santiago, cómo pelotas lo vamos a hacer??...no hay tiempo. Me voy a casa, nos dividimos llamadas, es tarde.
Irme a Alicante me apetece un carajo, hablo con mi ex, que está de vacaciones al lado, resulta una cagada de mil demonios, me quedo más espesa, si cabe. Me fumo mil pitis, empiezo a clarificar algo entre este caos, decido que ir a Alicante no es tan necesario, es más fácil traernos a los especialistas a Madrid, nos iremos a las Ventas e in situ crearemos la acción...esta idea me relaja.
Hablo con Jesús y en una coordinación de producción brillante organizamos a nuestro especialista un viaje a Madrid.
Tengo una cita con un guapísimo, se me había olvidado entre tanta locura, miro el móvil, mierda, tengo tres llamadas suyas...no me apetece un carajo, estoy agotada...menuda forma de empezar las vacaciones, decido quedarme en casa, pospongo para el jueves la cita con sms bastante impersonal.
Me cojo el portátil, intento empezar a perfilar algo, Jesús está guionizando, presupuestando, menos mal que compensa esta desidia mía.

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