Acabo de abrir los ojos, la mañana no puede ser más reveladora. En el caos de mi cuarto observo lo que queda de mucho rato sin decir no, de demasiadas veces diciendo sí y todo lo que ello supone. Se me está revolviendo el estómago. La evolución lógica sucede y pararla es absurdo. Este fin de semana he tenido que admitirlo a pesar de mí y lo mucho que me gustaría que todo, de alguna forma, fuera como antes. Me doy cuenta que llevo mucho tiempo poniéndome los cuernos, lo hice de forma consentida con cierta premeditación y alevosía, pero me duele la cabeza y ya me cuesta mucho entrar por las mismas puertas de antaño.
Es ya de noche y me despido de lo que queda de las condales, alejándome en la lluvia pienso en este fin de semana de dos sábados, pienso en la noche de Room con nuestro chico lindo que toca el saxo, de los inoportunos, de los desencuentros mexicanos, pienso en Echi, en cortar por fax, en los atascos de preciados y las risas, en los espejos con mil caras, más risas, tangas y ropa por todas partes, sombreros, margaritas, coches fantásticos, sueños por llegar, deseos, frustraciones, pienso en todo esto compartido, en botellas de vino de mesa, en lluvia, en Marian, en un piso muy grande con un perro y una asistenta masculina y gay, en mi hermana y pimientos morrones, en mi hermana y Aitor, en mi hermana y Fran, en superar las cosas, en Laura y su gran potencial para escribir una nueva realidad en su vida, en Popy y su sonrisa, en Michel hablando con mi gato.
Conduciendo recuerdo una conversación con mi hermana y la realidad que, con tristeza y excitación, ya le auguré bajo la nieve de Berlín. Las cosas están así, tampoco pasa nada, creo que en este proceso hay personas que se quedan en el camino, la idea me hace llorar desconsoladamente.
Los últimos meses han estado llenos de cambios y un descubrimiento maravilloso en forma de vecina. Ella, entre vinos, daiquiris y sabia dulzura, hace que todo cobre un sentido diferente en mi vida…estaba en la puerta de al lado, sigue estando de hecho, pero las puertas que antes estaban entornadas, se abren y al abrirse pasan cosas geniales e inesperadas. Voy camino de encontrarme con algo inesperadamente estupendo, consecuencia de puertas que se abren, de vecinas que se convierten en amigas y provocan fusiones llenas de música y caricias.
Es ya de noche y me despido de lo que queda de las condales, alejándome en la lluvia pienso en este fin de semana de dos sábados, pienso en la noche de Room con nuestro chico lindo que toca el saxo, de los inoportunos, de los desencuentros mexicanos, pienso en Echi, en cortar por fax, en los atascos de preciados y las risas, en los espejos con mil caras, más risas, tangas y ropa por todas partes, sombreros, margaritas, coches fantásticos, sueños por llegar, deseos, frustraciones, pienso en todo esto compartido, en botellas de vino de mesa, en lluvia, en Marian, en un piso muy grande con un perro y una asistenta masculina y gay, en mi hermana y pimientos morrones, en mi hermana y Aitor, en mi hermana y Fran, en superar las cosas, en Laura y su gran potencial para escribir una nueva realidad en su vida, en Popy y su sonrisa, en Michel hablando con mi gato.
Conduciendo recuerdo una conversación con mi hermana y la realidad que, con tristeza y excitación, ya le auguré bajo la nieve de Berlín. Las cosas están así, tampoco pasa nada, creo que en este proceso hay personas que se quedan en el camino, la idea me hace llorar desconsoladamente.
Los últimos meses han estado llenos de cambios y un descubrimiento maravilloso en forma de vecina. Ella, entre vinos, daiquiris y sabia dulzura, hace que todo cobre un sentido diferente en mi vida…estaba en la puerta de al lado, sigue estando de hecho, pero las puertas que antes estaban entornadas, se abren y al abrirse pasan cosas geniales e inesperadas. Voy camino de encontrarme con algo inesperadamente estupendo, consecuencia de puertas que se abren, de vecinas que se convierten en amigas y provocan fusiones llenas de música y caricias.
NI TAN MAL, es más, diría que es bastante excepcional.
3 comentarios:
Guapa.
A veces hay que ser infiel, traicionarse a uno mismo y en las cosas que crees... Porque a veces así encontramos nuevas cosas en las que creer.
A veces nos negamos. A veces no queremos. Pero cuando ocurre... el descubrimiento, bueno o malo, es un descubrimiento que nos llena.
Y a esa reflexión se llega cuando te traicionas a tí misma... Y te sorprendes.
Gracias por todo hermana, sobre todo por enseñarme a permitirme sorprenderme a mí misma de vez en cuando...TQM
Eres grande pequeña Laura, no dudes que el camino es complicado, la satisfacción, sin embargo, es absoluta.
Te quiero con locura, niña de mis ojos, bellísima allá donde vayas, sólo tienes que desearlo y encontrarás, sin duda, el tesoro que te pertenece.
Princesa linda.
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